Va arribar a mi a través dels seus contes. M’emociona el seu humor surrealista, aquesta barreja de l’absurd amb la realitat, i em fascina com sap mostrar l’insòlit del comportament humà.
De vegades em pregunto com som capaços de sofrir fins a límits insospitats; com actuem pel bé d’uns altres sense ni tan sols saber el que és millor per a ells; com podem creure que la nostra vida depèn de les circumstàncies externes i dels altres; com podem pensar que la vida està feta d’un cúmul de casualitats; com podem basar la nostra vida en excuses i justificacions…
És clar que “tot en aquesta vida té un sentit” i tenim el poder de descobrir el nostre, a través de la nostra història.
Us deixo aquest relat de Slawomir Mrozek per il·lustrar la meva reflexió:
– Ahora túmbate, dijo el mayor.
– ¿Y para qué me tengo que tumbar?
– Para descansar. La montaña es escarpada, te has cansado. No, no en el suelo, sobre las vigas.
– ¿Por qué sobre las vigas?
– Porque la tierra está húmeda después de la lluvia, podrías coger un resfriado. Sí, eso es, y ahora abre los brazos.
– ¿Por qué?
– Porque así se respira mejor. Y junta las piernas.
Me sujetaron las manos por las muñecas y las piernas por los tobillos; me los apretaron contra la madera. Sacaron un martillo y unos clavos y se pusieron a clavar.
– ¿Por qué me estáis clavando?
– Para que no caigas cuando te pongamos derecho. Podrías caer y golpearte, o hasta podrías herirte o romperte un brazo o una pierna. Y si te clavamos, los clavos te sujetarán. No te caerás.
– Pero, ¿para qué queréis ponerme derecho?
– Desde aquí, desde esta montaña hay muy buena vista, pero para ti, desde arriba, será todavía mejor. Porque estarás todavía más arriba.
Me levantaron tendido sobre las vigas, la viga vertical la clavaron en la tierra y la reforzaron con unas piedras.
– Ya está – dijeron. Estaban contentos con su trabajo.
– Bueno, pues nosotros ya nos vamos – dijo el mayor poniéndose el casco que se había quitado, pues había sudado mientras trabajaba. -Y tú te quedarás aquí.
– ¿Y por qué tengo que quedarme aquí?
– Para que reflexiones sobre el sentido del sufrimiento. Es decir, para que descubras qué significa en el fondo el dolor. Cuando descubras algo, lo explicarás.
– Pero, ¿por qué tengo que descubrir algo?
– ¿Qué pasa? ¿Te gustaría sufrir sin sentido? Está mal, hermano, está mal. Todo tiene que tener un sentido.
Empezaron a descender la montaña, alejándose hacia abajo.
-Pero ¿a quién se lo voy a contar – les grité – si ustedes ya no estaréis aquí?
No contestaron, porque ya no estaban.”